viernes, 8 de febrero de 2013

EN EL MES DE LOS VIENTOS- AGOSTO-



A mis amados padres, Elena y Rafael

La luz del viento asalta el corazón
coagula los bordes del abismo
libera la aquiescencia de la muerte.

Atávico viento
que trajo a mi madre
hacia un ya lejano 1925
que- según la sabiduría maya-
comunicó a mi padre el espíritu
en ese mismo año
- y aún a ambos ilumina-
que se disfrazó de tormenta
de rayos, polvo y agua
para convocarme a este mundo:
Todas coincidencias
que- en el juego divino-
hacen de la vida un arte sagrado.

Porque decir viento
es nombrar el esplendor del aire
la pujanza del silencio
la llegada de la Pachamama
y tener la certeza
de que es posible arar la tierra
por la sola voluntad de la semilla.




RAFAEL ROLDÁN AUZQUI

Imagen: Paisaje con olivo y viento by Augusto Banegas, óleo sobre tela.

sábado, 2 de febrero de 2013

HOMENAJE A FACUNDO CABRAL







Viajero impenitente
maestro de la vida y el canto
recorría el mundo
     sin más equipaje que su guitarra y su talento
había hecho del vagar de una ciudad a otra
     su única frontera
su casa era el planeta y su jardín
     los escenarios de la Tierra.

Hablar con él
era lo mismo que verlo desde un palco:
había hecho de la conversación
una de las bellas artes.

Sobreviviente de sí mismo
asolado por la muerte
que tantas veces lo tuvo aferrado en un puño
ella -sin darle más tregua-
lo arrebató de este mundo
convirtiéndolo en mártir de la violencia
cuyas balas no sabían de su amor y valentía.

De a ratos -cuando estas lágrimas
de indignación y pena
dejan de nublarme la vista-
de a ratos -plenos de silencio y alta escucha-
yo sigo conversando con Facundo
y me invita -una vez más- a desayunar con él
a quien conocí por uno de esos misterios de la vida
y siempre acaba con las mismas palabras:
"Como ya no tengo casa, este hotel es mi casa
y mis amigos no pagan en ella".

En algún hotel de un remoto mundo
me seguirás esperando ¡amigo del alma!

¿Cuándo vendrás a la mía, Facundo entrañable,
que el desayuno se enfría?


                                             RAFAEL ROLDÁN AUZQUI
                                           
                                           Córdoba, 9 de julio de 2011